
FRAGMENTOS VIRTUALESHe salido a recorrer la «otra ciudad», esa que habita más allá de nuestros ojos, esa que descubrimos cuando ya no tenemos mas
 enseres para sobrevivir en la ciudad, y de pronto, mientras transito 
encadenando letras, devorando asfalto y sintiéndome como un 
salmón urbano, recuerdo que: 
El hombre tiene la edad de la mujer que ama. Y entonces siento el vértigo, debo buscar con precaución para descubrir 
Las creaciones del hijo del Quijote; derribar mis muros, romper mis cercas, redescubrir 
aquellas pequeñas cosas que me enseñaron a vivir, esas frases simples: 
Love is Love, y nada más. Y abriendo mis ojos, como si estuviera en una 
caminata lunar, descubro entonces 
mariposas de madera, libélulas de fuego, 
palabras descalzas y comprendo que la tristeza se derrota con 
palabras al viento. Uff, claro, 
si la vida no me sonríe yo le hago cosquillas, hay está el secreto, ese el 
Génesis: origen de mi pensamiento. Hay un 
cielo azul que me circunda aunque las esquinas y sus vericuetos recuerden mi 
sangre ácida.
Y tratando de olvidar vienen los recuerdos, reales, vividos, o tal vez sean 
recuerdos inventados, lo cierto es que frente al espejo de un árbol que sonríe, 
con un pie en el agua, sintiendo el aire que trae su aroma, presiento 
La cazadora de almas al acecho, ella que 
prefiere que le regale joyas caras y yo queriendo hacerle una 
declaración de sentimientos, regalarle una ramillete de 
mariposas y otras cosas, no hay nada que hacer, grito profundo que se pierde en la distancia: 
Ecce Hommo…y el eco viaja cargado de 
caricias lejanas, con sabor a tarde solitaria, con aroma de 
menta cálida. Ella estará distante, tal vez 
encendida en Buenos Aires, mientras aquí el rumor de su ausencia me recuerda que: así es 
La vida… 
Out the reach. Además Neruda tenía razón: 
Es tan largo el olvido…
Escrito y Publicado por CARLOS ARTURO GAMBOA